viernes, 4 de noviembre de 2011

un santo


AL HERMANO ADRIAN

Siendo yo niño
Ya paseaba por las calles
Con su hábito negro
Y su pelo blanco
Con su andar ligero
Y su mirar lleno de cariño

Ahora que soy hombre
Mis sentimientos se mezclan
Entre admiración y asombro
Aún tiene esa energía
Esa luz en su mirada
Y esa dulzura en sus palabras

Por los pasillos de su hospital
Al que dedica su esfuerzo y cariño
Sigue paseando un gran hombre
Incansable ,infatigable ,sonriente
Igual que cuando yo era chico

Un corazón inmenso
Recogido en su pequeño cuerpo
Un alma pura que fluye
Por cada uno de sus miembros
Nobleza y caridad en un hombre afable
No busco santos en el cielo
Tenemos uno en el hospital Juan Grande.

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